Plan de acción de la institución

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En el caso de la institución cultural, el plan de acción dará respuesta a las preguntas siguientes:

• ¿Qué recursos y activos posee mi organización

• ¿Qué recursos y activos necesitamos para alcanzar nuestras metas e implementar nuestras estrategias?

• ¿Quién sería un buen socio para nuestra organización?

El plan de acción de la institución cultural debería suministrar una imagen de la organización que incluya sus productos, valores, habilidades, reputación y papel en la comunidad. El plan de acción expondrá fines y objetivos concretos y establecerá cómo usará sus recursos para alcanzar sus metas. Describirá necesidades y desafíos concretos e identificará activos y recursos potenciales a intercambiar. Utilizando este método, la organización cultural demuestra de qué manera una alianza beneficiará al mismo tiempo al socio empresarial y al socio cultural.

Para una organización cultural, los activos que puede intercambiar pueden incluir actos culturales de alta calidad, la posibilidad de ceder espacios y de practicar la hospitalidad corporativa, una sólida reputación en la comunidad y una audiencia implicada que coincida con el público objetivo de la empresa.

Con respecto a los beneficios a obtener, una organización cultural necesita cubrir sus costes actuales y futuros, y muchas piensan en el patrocinio empresarial solo en términos dinerarios. Sin embargo, el apoyo no financiero puede ser igualmente importante. Una empresa puede ayudar a una organización a cumplir con sus exigencias operativas y contribuir a que amplíe sus contactos en el mundo empresarial. La organización cultural puede beneficiarse del asesoramiento en áreas tales como los recursos humanos, la planificación económica y las tecnologías de la información.

El plan de acción reúne los elementos esenciales en un único documento. Crea al mismo tiempo una valiosa hoja de resultados de carácter interno y un estado de situación para uso externo que habla a los potenciales socios empresariales acerca del valor de su inversión.

No debe confundirse el plan de acción con una propuesta de fundraising, se trata de una herramienta de marketing para atraer el interés de un socio adecuado. La disciplina que implica la redacción de un plan de acción asegura que la organización se conoce a sí misma. Un autoanálisis riguroso y estructurado facilita la identificación y selección de adecuados socios empresariales prospectivos. También garantiza que las organizaciones sean realistas acerca de los límites de lo que pueden ofrecer.

Un plan de acción bien estructurado ayuda a la organización cultural a que desarrolle propuestas a medida, dirigidas específicamente a las necesidades en particular de la empresa a la cual se dirige.

En resumen, para una organización cultural, el proceso de desarrollar un plan de negocio proporciona los siguientes beneficios:

Define la organización, midiendo su reputación y estatus cultural así como la naturaleza y el valor de los recursos y activos que puede ofrecer.

• Suministra una prueba realista de los esfuerzos y costes asociados a la consecución y gestión de una alianza.

• Pone a prueba la implicación y capacidad de la organización, planteando si el patronato o junta, la dirección, el personal y los artistas dan prueba de las habilidades y la implicación necesarias para utilizar y capitalizar la alianza.

• Realiza una evaluación del mercado y el entorno para identificar oportunidades para la alianza.