De la pertinencia de una fiscalidad favorable. El caso del Patrimonio
También la actividad económica puede verse beneficiada por una adecuada consideración fiscal del mecenazgo.
Recientemente nos ha visitado, acertadamente invitado por la Fundación Arte y Mecenazgo, Alfred Pacquement, actualmente Director Honorario del Centro Pompidou y de larga trayectoria en la vida artística francesa y especialmente en dicho Centro, en la gestión del cual ha podido beneficiarse de las ventajas de la alabada ley de 2003. Esta visita nos ha puesto los dientes largos, y realimentado nuestras tendencias afrancesadas, a todos los que creemos que las realizaciones del mecenazgo cultural en España (“Dios, qué buen vasallo…”) merecerían un trato más generoso por parte de la Hacienda pública.
Pero con frecuencia los españoles olvidamos el paralelismo entre nuestro país e Italia, evidente en tantos aspectos. Y también Italia posee un trato fiscal muy generoso con el mecenazgo empresarial, que capacita a éste para hacerse cargo de la rehabilitación de conjuntos monumentales que son tan simbólicos de Italia como base de su industria turística.
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American Express ya descubrió, en los años 90 del pasado siglo, la importancia de ligar su imagen al patrimonio icónico de cada lugar, como la Estatua de la Libertad de Nueva York o el Arco de Triunfo parisino, facilitando la financiación de estas operaciones mediante un brillante ejercicio de “marketing con causa” con los poseedores de sus tarjetas.
El patrimonio histórico es también uno de los principales activos de nuestro país y base igualmente de gran parte de nuestro atractivo turístico, otro elemento a favor de pedir un trato fiscal adecuado, que con toda seguridad se vería velozmente compensado. Y para el cual podrían movilizarse los sectores que se benefician del negocio turístico. En San Francisco, su vibrante vida cultural se alimenta en gran medida de una tasa hotelera existente desde los años 60 del pasado siglo.
La ley francesa de 2003, con su generoso trato pero también, y quizás sobre todo, con el tejido de complicidades que Mission Mécénat ha sabido establecer con agentes y prescriptores, asegura también la conservación y rehabilitación del patrimonio de menor envergadura, el de proximidad, con la labor de la Fondation du Patrimoine.